El viento del otoño se lleva
todas mis tristezas.
Supe que las lleva a los
abismos oscuros
Donde pertenecen.
En el otoño el fresco de la
noche
Ilumina recuerdos escondidos.
Son atisbos de una conciencia
dormida
Que tímida despierta.
Entre sueños abre los ojos el
corazón.
Con el otoño llega ya el aire
ligero
Ama recorrer cada palmo del
cuerpo
Limpiando quedito todo aquello
Que estorba la felicidad.
Es la estación juiciosa
maestra de lo bello.
Inicio del afelio que el mundo
recorre
Con aparente parsimonia.
Otoño mío
Otoño de mi alma
Padre otoño
Señor de la
esperanza
Consejero compasivo
Genio consolador.
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