miércoles, 1 de marzo de 2017
Hacedores.
1
El filósofo se la pasa preguntando
Por qué esto por qué lo otro
Por qué no esto por qué no lo otro.
El científico se la pasa averiguando
Cómo esto cómo esto otro
Apoyándose en su bastón de incertidumbre.
El músico sueña sonidos virtuosos totales
Compone insatisfecho una porción vana
Y con ella se ha de conformar.
El pintor alucina imposibles místicos revelados
Plasma solamente fragmentos y se desespera
Pues siempre anda en busca de lo eterno.
El escultor incansable rompe talla lija emplasta
Modela con tiránica elocuencia seres pétreos
Muertos cuya presencia infunde temor.
El danzante engaña a la tonta muerte obnubilada
Agitando ante sus ojos mil y una vidas posibles
En vuelos y cabriolas insospechados.
El dramaturgo nos engaña a todos
Montando una escena inverosímil
Donde gente se disfraza y miente.
El poeta se la pasa asegurando así y asá
por eso es que es feliz
O es el más desdichado de los hombres.
2
El pensador y el artista luchan incesantemente
En contra de ellos mismos y con más denuedo
Contra la corriente que al mundo arrastra.
Siempre pierden y también siempre ganan
Su apuesta es la obra jamás lograda
Su ganancia hacer un camino insensato.
Euforias de sus hallazgos evanescentes
Son los premios fantasmales
Las ilusorias certezas.
Al final cuando la muerte abre la puerta oscura.
Han dejado sembradas en el limo universal
Partes de sus almas fieramente desgajadas
Por depredadores hermanos desalmados.
Otros hombres parecen tienen la mala consigna
De robarlos rabiosamente en oligofrénica rapiña
Para luego arrojar sus legados al foso del olvido.
3
Ignoran estos bastardos
¡Oh!, Dios, lo ignoran
Que toda obra es cósmica
Imperecedera refulgente.
Con ella se asombran las estrellas
Se alegran las galaxias
Aplauden los Querubines
Vibran los Tronos conmovidos.
Y la especie goza profundamente
Con el objeto de la creación
Que es la acción concertada
Del pensamiento.
Amén.
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