domingo, 24 de diciembre de 2017
Adios.
Mi
padre ha muerto.
Era
azotado por un gran dolor
Así
que el profundo sueño
Le
ha liberado.
La
vida le fue estrechando el pasillo
Su
andar fue cada vez más
Difícil
e impertinente.
Pero
él se esforzaba sin tregua
Aferrado
al dolor entendiéndolo
Como
signo inexcusable de vida.
Silogismo
patético
Sufro,
entonces
Vivo.
El
aliento la respiración el aire interno
El
alma irrenunciable
Era
su única opción.
Morir
era un imaginario imposible
Una
contingencia extraña
Un
misterio lejano y oculto.
Los
inmortales jamás podrán pensar
Que
cesará su existencia, entonces
Abandonarán
y serán abandonados.
Pero
la muerte
No
sabía que él
Era
un inmortal.
Y
sin misericordia
Le
atrapó antes de dar
El
último paso.
domingo, 19 de noviembre de 2017
El ojo.
En la
negra madrugada de una costa lamida por un mar bobo, en la casa de madera con
techumbre de bejuco y hojas de palmera, mientras un hombre obeso roncaba pesadamente
en la hamaca, su ojo izquierdo levantó el párpado empujando desde dentro, con
fuerza, se asomó a la noche.
Su
amplia pupila dilatada escudriñó el entorno, poco a poco vio las cosas como
sombras de sí mismas, una silla, un barril, una mesa y la puerta.
La
puerta.
El ojo
se movió de un lado a otro insistentemente; apenas cruzando la cavidad ósea que
lo contenía, el párpado quedó sobre él, entonces se jaloneó desesperado,
logrando, con mucho esfuerzo, llegar a la mejilla.
Denodadamente
siguió tirando, tirando, sonó ¡pluap! y cayó sobre el piso de tierra rebotando,
una, dos, tres, cuatro veces. Al detenerse, se orientó y rodó sobre su eje
vertical hacia la puerta.
La
puerta.
El ojo
vio una rendija entre las varas de la rústica puerta, decidió rodar hacia el
hueco, con la esperanza de poder salir por allí.
La hendidura
era estrecha y la madera rasposa, pero el ojo, motivado al extremo, se metió en
la rendija, raspándose con las astillas, cruzó al otro lado.
Rodó,
rodó, y vio cómo iba estilando sangre, no demasiada, pensó, ya se secará, se
consoló.
Se
encaminó hacia la yerba que crecía bajo los tablones del corral, cuando sintió
un arañazo punzante.
Un
dolor agudo le envolvió y apenas pudo ver a un gato gris que ya le devoraba.
sábado, 21 de octubre de 2017
El gran día.
Llegó el gran día alborotado
entusiasmo
Con aullidos y alharaca se
celebra.
Se han cumplido los sueños más
deseados
Los caballos sin silla los
burros sin carga.
Los aviones de guerra desmantelados
Las bombas asesinas desarmadas
en
Patios se oxidan al viento
salitroso.
No hay una sola bala
disponible
Ni un rifle que la lance.
Se acabaron las guerras
Reina la paz.
La naturaleza sigue su marcha
incontenible.
No hay hombre o mujer que sea
testigo.
sábado, 2 de septiembre de 2017
Sueños
He recogido sueños en el
matorral
Donde emergen como brotes
Arranco uno por uno y los
pongo
En un canasto de fibras
vegetales.
Los llevo a casa y los arrojo
en
Una mesa envejecida y rota
los brotes con sus esquirlas
Anuncian capullos incipientes.
Algunos caen al piso entre las
Rajaduras de esta vieja mesa
Nunca los recojo, son sueños
Perdidos Irremediablemente.
A los tallos los acomodo en
ramos
Según tamaño y maduración
Así, pues ya son míos,
Tengo sueños muy probables.
Y tengo sueños menos probables
Todos son posibles, sin
embargo,
Algunos se manifestarán pronto
Otros más tarde.
Como no sé qué sueño es cual
Imposible saberlo hasta que
Se revele cobrando existencia
No hay ninguno malquerido.
Lo sueños explotan en bellas
plántulas
Con tan sutiles tan efímeras
raíces
Que su fragilidad las hace
difíciles
De colocar en el florero de la
fe.
Cierto lo habéis percibido
bien
Los sueños verdaderos los
cogemos al azar
Los adoptamos cuidamos
alimentamos
Los amamos y con cariño los
sustentamos.
Cuando los sueños están
fuertes y lozanos
Al jardín de los deseos los
trasplantamos
En el lagar se vuelven plantas
Crecen y entonces nos dan los
frutos
Que cosecha el alma.
jueves, 10 de agosto de 2017
Los otros
Sin los demás no somos
No valemos.
Los otros existen y son.
Sus energías sus radiaciones
Se manifiestan cuando nos
miran
Cuando nos tocan y nos hablan.
Nosotros no nos podemos mirar
Nuestra voz nos suena ajena
Solamente nos intuimos
Somos seres simbólicos
Como soñados
Probables
Posibles.
Hasta que alguien nos reconoce
Existimos.
Los demás nos confirman
Nos avalan
Se vuelven fiadores
De nuestra existencia.
De nuestra existencia.
Nos sacan del hoyo
Nos avientan al mundo
Nos socializan
Nos enseñan la pertenencia
Nos inculcan sin pensarlo
Sus principios y valores.
Y tan sólo son como son
Tan distintos unos de otros
Y tan iguales
Pues son gregarios.
Tardas en conocer a cada uno
Compartes con ellos tu tiempo
Tus aficiones tus ideas.
Pero cuidas tus sentimientos
A raja tabla
Sin concesiones.
Pues después de un lapso
prudente
Deberás abandonarlos.
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