domingo, 14 de junio de 2020
Guiados a la perdición.
Son seres antiguos
Con un larguísimo
Camino recorrido
A lo largo de la ruta
Se han ido llenando
De parafernalias
Han ido resolviendo
situaciones
Con herramientas ex
profeso
En la esfera de la obsolescencia
Hicieron máquinas que
trabajaran
Por ellos y fue que
terminaron
Trabajando para que
funcionaran
Llegaron a realizar
obras monumentales
Siempre llevados por
una auto estimada
Rallante en la soberbia
Aprendieron dos formas
de ínter actuar
Entre regiones y
culturas
El comercio y la guerra
Y dos maneras de
dominar a sus pueblos
Inducir terror,
vulnerabilidad y desánimo
Y, con bondad redentora
ofrecer salvación
Hicieron de sus
pobladores un rebaño
Educaron feroces perros
guardianes
Cercaron fronteras
entonando himnos
Luego los más astutos
de su raza
Idearon sistemas de
creencias
Y reglamentaron la
convivencia
Dando lugar a la
disidencia al crimen
A la desobediencia a la
calamidad
Y a la culpa el castigo
y la impudicia
Mientras la
parafernalia de estos seres
Se sofisticaba más allá
de sus sueños
Volviendo realidad
costosas inutilidades
Los controles cívicos
éticos y morales
Se iban degradando al
grado de dar
Vuelta a la fea
bestialidad adormecida
Contaminaron su
legítima libido
Con furiosas y
depravadas imágenes
De prácticas
concupiscentes
Las frágiles mentes de
estos seres en rebaño
Son maleables y
tendentes a la subordinación
Incrementado por un
gregarismo galopante
Las escuelas, la
televisión y la Internet
Influenciarán al rebaño
provechosamente
Para los enloquecidos
por la riqueza
Acercando al rebaño más
y más al pretil
Del abismo insondable
donde el perverso
Flautista diablo de
Hamelin les arrojará.
Aquí terminan las
penurias
De la humanidad
Que no quiso serlo.
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