viernes, 12 de agosto de 2016

Algunos aseguraron





Algunos pensaron creyeron luego aseguraron
Que la humanidad tenía un camino un destino
Un propósito un sendero que recorrer en pos
De una anunciada grandeza inevitable.


Luego sus epígonos se dieron cuenta decían
Que en algún punto los hombres perdieron el
Rumbo torcieron la senda y desorientados se
Desbarrancaron por laderas llenas de espinos.


En lo profundo del precipicio desesperados
Unos pensaron creyeron y luego aseguraron
Que la humanidad estaba maldita y doliente
Vagando en la oscuridad iba tras de su ruina.


Los seres humanos en el abismo se dividieron
Los grupos tomaron diferentes decisiones
Unos guías convencieron a los suyos de subir
Esforzadamente el escarpado hasta la orilla.


Otros maestros instruyeron a sus seguidores
Para arrastrase en la tierra como reptiles
Gurús auto proclamados pusieron a la gente
De rodillas implorando la luminosa muerte.


Varios grupos con inadecuados instrumentos
Se pusieron a rascar las paredes buscando
Túneles imaginarios cuyo mapa se le reveló
A un alienado.


Debajo de un árbol un hombre se sentó
Durante diez días con una sonrisa lo vio
Descubrió que no había ningún plan ni
Un camino ni desorientación ni abismo.


Todo es una ilusión una escenografía
Un montaje creado con luces sutiles
Una imaginería tejida con sueños
E insensatos símbolos complejos.


Cuando esto sucedía en un vórtice cósmico
Llegó el fantasma de William Shakespeare
Los miró a todos desde un panóptico y dijo
Con voz terrible y un dejo de comicidad:


 “La vida es un cuento contado por un idiota
  Lleno de ruido y de furia
  Que nada significa.”



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