Algunos pensaron creyeron
luego aseguraron
Que la humanidad tenía un
camino un destino
Un propósito un sendero que
recorrer en pos
De una anunciada grandeza
inevitable.
Luego sus epígonos se dieron
cuenta decían
Que en algún punto los hombres
perdieron el
Rumbo torcieron la senda y
desorientados se
Desbarrancaron por laderas
llenas de espinos.
En lo profundo del precipicio desesperados
Unos pensaron creyeron y luego
aseguraron
Que la humanidad estaba
maldita y doliente
Vagando en la oscuridad iba
tras de su ruina.
Los seres humanos en el abismo
se dividieron
Los grupos tomaron diferentes
decisiones
Unos guías convencieron a los
suyos de subir
Esforzadamente el escarpado
hasta la orilla.
Otros maestros instruyeron a
sus seguidores
Para arrastrase en la tierra
como reptiles
Gurús auto proclamados pusieron
a la gente
De rodillas implorando la
luminosa muerte.
Varios grupos con inadecuados
instrumentos
Se pusieron a rascar las
paredes buscando
Túneles imaginarios cuyo mapa
se le reveló
A un alienado.
Debajo de un árbol un hombre
se sentó
Durante diez días con una
sonrisa lo vio
Descubrió que no había ningún
plan ni
Un camino ni desorientación ni
abismo.
Todo es una ilusión una
escenografía
Un montaje creado con luces
sutiles
Una imaginería tejida con
sueños
E insensatos símbolos complejos.
Cuando esto sucedía en un vórtice cósmico
Llegó el fantasma de William
Shakespeare
Los miró a todos desde un panóptico
y dijo
Con voz terrible y un dejo de
comicidad:
“La vida es un cuento contado por un idiota
Lleno de ruido y de furia
Que
nada significa.”
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