Declaración poética plenipotenciaria.
Todo se ha venido a complicar en la era del rebaño.
(Saludos a George Ivánovich Gurdjíeff)
Están tantos tan atarantados
No contamos ya con nadie
Los hombres y mujeres pensantes
Que los hay
Están muy alejados
Unos de otros
Como las estrellas
Imposible comunicarnos
En tiempo real
Cuando un mensaje sale
Se pierde y jamás llega a su
destino
Cuando alguien dice algo
importante
Que nos toca y nos conmueve
Llega el infame tropel de
trivialidades
Y lo borra totalmente
Escribimos nuestros sueños
En la arena
Hacemos señales de humo
En la tormenta
Lanzamos botellas al mar
Con el pergamino de nuestra
ausencia
Compartimos el enojo y el
olvido
La indignación y la
indiferencia
Nos desesperamos pero nada
hacemos
Pues nos sentimos muy solos
No creemos en nada ni en nadie
porque
Traemos un escepticismo
paralizante
Nuestros guías han mostrado el
cobre
Y sus pies de barro se desbaratan
Los tigres pavorosos y
atemorizantes
Son de papel
La justicia es una vieja torpe
Ignorante y sanguinaria
El amor humano es tan solo un
aro
Que se mece en nuestras
caderas
Las llamadas de auxilio
fastidian
A los socorristas
Mística y piedad son palabras
Que hoy nadie entiende
El eterno presente se traga
nuestras
Vidas imprudentes
La perversión y el vicio
Adoquinan el camino
La nota “la” suena sanadora
En otro lugar del universo
Parece que hemos sido
abandonados
Desnudos en una cueva sombría
Nuestro intrascendente
pesimismo
Pesa demasiado
En el rebaño balamos estúpidamente
Estamos involucionando
Si seguimos como vamos no
seremos
Los seres de luz que aspiramos
Nos volverá a salir una cola
Una cola de chango.
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